domingo, 1 de agosto de 2010

A veces es mejor reír que llorar...



En el capítulo de hoy no les presento nada, porque ya lo conocen: el más archienemigo de nuestro superhéroe más humano: el Guasón.
Ninguno de los otros villanos de Batman ni de ningún otro superhéroe nos gusta tanto como El Guasón. Podríamos llamarlo “villano de culto”, superdotado y quizás por eso dotado (valga la redundancia) de un genio criminal inigualable, tiene la curiosa particularidad de consagrar a todos los actores que lo interpreten, muy probablemente gracias a sus rasgos psicóticos, su sadismo y su distintiva gestualidad de payaso (quizás por eso es el mejor, porque confirma la pavura que sentíamos de niños al enfrentarnos a los payasos que pretendían alegrarnos el día).


Se cree que la imagen bufonesca del personaje fue inspirada en el protagonista de la película “El Hombre que Ríe” (1928, dirigida por Paul Leni, protagonizada por Conrad Veidt y Mary Philbin). Esta película está basada en una novela de Víctor Hugo (“L’homme qui rit”, 1869), donde el hijo-niño de un noble es secuestrado por los “Comprachicos”, un grupo de gitanos que transformaban a los niños mediante cirugías, para conventirlos en atracciones de circo. El niño protagonista de la historia pasa a ser así "el hombre que ríe", llevando una caricaturesca sonrisa incrustadade manera permanente en sus facciones.
Pasemos a recordar aquellas precisamente inolvidables versiones de nuestro querido Guasón:

Guasón con bigotes (el Guasón de la serie): Interpretado por César Romero: su única condición para interpretar al reidor, fue no tener la obligación de afeitarse su característico bigote. Truco: el mismo maquillaje blanco de su rostro “pintaba” también su bigote para que no se notara. Resultado: excelente, apenas en algunas escenas se nota el relieve (si es que estamos avisados). Alguna vez puso a prueba a Bruce Wayne, obligándolo a asesinar lentamente a Robin, haciéndolo accionar una imprenta que aplastaría mortalmente al Joven Maravilla. No se preocupen, escaparon ambos con la ayuda del entrañable Alfred disfrazado como Batman… (Varios directores, 1966, serie televisiva, Batman es Adam West).

Guasón maquillado al verre (por Tim Burton): Jack Nicholson nos deleitó con su Guasón, ¡contando su origen y todo! En esta versión vemos como Jack Napier, de profesión ladrón, escapando de Batman dentro de una planta de químicos, cae en un tanque de ácido y… sobrevive, con los nervios de su rostro destrozados y mostrando una permanente y exagerada sonrisa; además de una curiosa pigmentación en la piel de su rostro y sus labios, naciendo así el clásico rostro del villano (si la escena de la caída en el tanque de ácido se asemeja a la escena de la caída de Vincent Price en el tanque de cera de la película "Los Crímenes del Museo de Cera" de 1953, no debe ser pura casualidad). Utiliza maquillaje color “piel” para cubrir su verdadera piel apayasada, cuando pretende hacerse pasar por una persona normal… esto lo descubrimos cuando la periodista Vicki Vale (Kim Bassinger) le arroja un vaso de agua a la cara y se le corre el maquillaje. Experto en químicos, desarrolla la manera de alterar los productos cosméticos que circulan por Ciudad Gótica, para hacer felices a quienes los consuman… y mueran con una sonrisa en su rostro. (“Batman”, dirigida por Tim Burton, 1989, Batman es Michael Keaton… aunque los hombres deben recordar mejor a Kim Bassinger, claro).

Guasón humanoide: Interpretado por Heath Ledger, éste sí se maquilla, y lo más parecido a una sonrisa que hay en su rostro es que tiene las comisuras de los labios a la altura de las muelas de juicio, más o menos. Muchos dicen que es el más loco de todos, pero yo me permito no coincidir: no creo que sea más sádico que el de Nicholson, sólo que es más humano. Aclaro: no humano en el sentido de "sensible" sino en el sentido de que podría tratarse de cualquier ser humano que anda dando vueltas por ahí, al igual que Batman, sólo que con algún trastorno de integración social. Aficionado a “La teoría de los juegos”*, pone a prueba a dos importantes embarcaciones con cientos de pasajeros y tripulantes a bordo, informándoles a cada una de ellas, que tiene en su poder un dispositivo para hacer estallar a la otra. Y que si ninguna de las dos hace estallar a la otra antes de medianoche, él hará estallar a las dos juntas. Ah, y ambién deja a Batman sin novia. (“Batman – The Dark Knight”, dirigida por Christopher Nolan, Batman es Christian Bale).
Y para ustedes, ¿cuál es el ganador?

* Teoría de los Juegos: es una teoría relacionada con la matemática y la lógica, que rápidamente puede explicarse como los razonamientos que haríamos “nosotros, cuando alguien, además de nosotros, estará pensando igual que nosotros, al mismo tiempo que nosotros, acerca de la misma situación que nosotros” (Adrián Paenza, “Matemática… ¿estás ahí? Episodio 2”, Siglo Veintiuno editores, página 161, año 2006).

Billetera incluye galán con capa y espada



Homenaje (merecido) a El Zorro



¿Cuántos de ustedes esperan a que termine el capítulo de El Zorro para levantarse y seguir con sus otras actividades? Niños, adolescentes y adultos (menores y mayores), TODOS, miramos a El Zorro (Walt Disney, 1957)… que es casi como Cafiero: pasan los años y sigue estando ahí, tan vigente como hace cincuenta años.
La historia comienza en la cubierta de un barco que zarpó de España, y se dirige hacia Los Ángeles, California. Allí nos encontramos con un duelo deportivo de esgrima entre el capitán de la embarcación, y el apuesto, rico hacendado y experto esgrimista Don Diego De La Vega (Guy Williams).
Don Diego ha estado estudiando en España, y regresa ahora a su tierra natal respondiendo al llamado de su padre, Don Alejandro (George J. Lewis): las cosas no están bien en Los Ángeles, políticamente hablando: abunda la corrupción y aflora el grave problema de la deslealtad al Rey (de España, claro).
Don Diego no viaja solo, sino que es acompañado por su criado de total confianza: Bernardo (Gene Sheldon), mudo pero no sordo, aunque entrenado como si así lo fuera, para no reaccionar ante ruidos sorpresivos como disparos por ejemplo.
En la intimidad de su camarote, Don Diego decide que será de mayor ayuda a su padre si no hace demostraciones de sus habilidades como esgrimista y en cambio se hace pasar por un literato e inofensivo intelectual amante de las artes. Es entonces cuando le pide a Bernardo que arroje todos los trofeos que lleva consigo, al mar.
Y así nace El Zorro: ese enigmático héroe de antifaz, botas, capa y espada; el mejor espadachín con aires de acróbata, que actúa en defensa de la justicia y de los inocentes… y bastante al servicio de “Su Majestad” española.
A la historia se van sumando los memorables personajes: el Sargento Demetrio López García (Henry Calvin) quien enternece con su inocencia y buena fe, gran amigo de Don Diego, que si bien debe perseguir a El Zorro, reconoce que éste siempre lo ayuda a llevar su trabajo a buen puerto; el cabo Reyes (Don Diamond) inseparable segundo del Sargento García; y el malvado Capitán Monasterio (Britt Lomond), entre tantos otros.
Otro entrañable personaje es Tornado, el famoso caballo de El Zorro, negro azabache, maravilloso ejemplar y codiciado por todos. Es, además, el más inteligente: en el capítulo en el que el Sargento García logra capturarlo, cuando éste cree estar dándole órdenes al cabo Reyes, “alcánceme ese balde con agua”, “masajéeme la espalda” es en realidad Tornado quien obedece y hace todo lo que dice el Sargento, tirándole un balde de agua encima y dándole masajes con la trompa.
Me permito también recordar a Fantasma, el caballo blanco de El Zorro: era el caballo del Teniente Rafael Santos, quien herido de gravedad se lo cede a Don Diego, durante un viaje que éste realiza a Monterrey. Fantasma se convierte así en el veloz caballo de El Zorro en Monterrey, ya que Tornado, por las obvias razones del anonimato de nuestro héroe, no había podido viajar con el Sr. De La Vega.
Por los 82 episodios llenos de suspenso, aventura y humor, por ser el más elegante, por ser el más fino, por la sonrisa de Guy Williams y su bigotito, por el cantante lírico-barítono Henry Calvin (que hace la demostración de esta habilidad en el capítulo en que el Sargento García se encurda y canta con sus soldados), por la canción “Zorro! Zorro! Su espada no fallará! Zorro! Zorro! La zeta le marcara!”, por todo lo que Walt Disney hizo por nuestras niñeces (y por nuestras adulteces) éste es mi homenaje a El Zorro: recordarlo con muchísimo cariño y admiración.
¿Alguna vez se pusieron a pensar que si todo esto hubiera tenido lugar en Mendoza o en alguna otra de nuestras provincias, el padre-nuestro Don José de San Martín o el letrado Manuel Belgrano habrían combatido a nuestro héroe, por realista?