lunes, 18 de abril de 2011

Beatles 3.0

Beatles 3.0




Magical Mystery Tour es la tercera y última película protagonizada por Los Beatles (para aquellos que estén pensando en “Let It Be” sobre la grabación del disco homónimo, les informo que ese es un documental). Data del año 1967 y fue dirigida por los mismísimos Beatles John, Paul, George y Ringo, o Lennon, McCartney, Harrison y Starr) con la ayuda del director y cineasta Bernard Knowles. Escrita exclusivamente por: Los Beatles, sí, no sólo escribían canciones, sino que hasta llegaron a guionar su propia película. Con casi cincuenta y cuatro minutos de duración, esta vez sí se trata de una película sólo apta para fanáticos de la banda o bien para fanáticos del absurdo en su mayor expresión, que viene con altas dosis de psicodelia. Aviso: No tiene un argumento a desarrollar y la música corresponde a la época más experimental de Los Beatles, justamente esa que no le gusta a todo el mundo, así que ¡attenti esta vez! Por lo demás, nuestros Cuatro de Liverpool nos siguen sorprendiendo con su capacidad de interpretación actoral en clave de comedia. La historia comienza cuando Ringo compra boletos para lo que el vendedor (Lennon de incógnito) promete como el “viaje de su vida”. Y así es como Ringo se embarca, junto a su “tía”, en esta gira mágica y misteriosa. Lo acompañan los tres Beatles restantes, obviamente, y un grupo de personas que entonan el ambiente de la historia: una modelo, un enano, un señor con un bigote hitleriano y hasta un señor en edad de jubilarse que juega con la colilla encendida de su cigarrillo metiéndola en su boca y largando el aire por la nariz (sí, a la manera del DT de River modelo 1995 Carlos Babington, los hombres recordarán y sabrán de qué hablo…) Lo que los pasajeros desconocen, es que todo el recorrido del autobús, y todo lo que allí dentro pase, está siendo creado y controlado por cuatro magos merlinescos (interpretados por Los Beatles, claro), que se encargarán de que los pasajeros la pasen de maravilla. El tour incluirá, entre otras cosas, una especie de triatlón donde en lugar de natación se completará el recorrido con automotores; una abundante cena donde se servirán spaghettis, literalmente, con pala; la visita de los caballeros a un night club con strip tease incluído y una deliciosa coreografía de lujo con los mismísimos Beatles cantando y bailando “Your mother Should Know” en ocasión de vestir levita blanca. Todo, por supuesto, circundado por pseudo-videoclips de varios de los temas del disco “Magical Mystery Tour” (1967). Como les dije antes, esta vez no es apto todo público, pero es de colección obligada para todos los fans.

sábado, 12 de marzo de 2011

Beatles 2.0



En el día de hoy me gustaría continuar contándoles un poco lo que hicieron estos jóvenes melenudos hace unos poquitos más de cuarenta años atrás (¡la pucha! Cómo pasa el tiempo).
Help! Es la segunda película protagonizada por Los Beatles: John, Paul, George y Ringo. Data de 1965, dirigida por Richard Lester, con guión de Charles Wood y Marc Behm. Musicalización: van a encontrar varios temas contemplados en el disco “Help!” de los propios protagonistas, ya algunos de sus singles del momento. Continúa el tono de comedia de “A hard day’s night” (película de la que ya les hablé en otra oportunidad, ¡hagan los deberes!).



Esta vez nos situamos en un templo en el que se está llevando a cabo una ceremonia en honor a la diosa Kahli. Podemos ver a una joven con su cuerpo enteramente pintado de rojo, a punto de ser sacrificada, cuando de pronto una voz alerta que esta joven no lleva en su mano el anillo de sacrificio, y manifestando que no puede ser sacrificada sin él. ¿Dónde está el preciado anillo (“Ring” en idioma inglés)? Por supuesto, está atascado en la mano de nuestro querido Sr. De los Anillos: Ringo Starr. Paréntesis: aclaración para los inadaptados de siempre: Ringo Starr es el apodo de Richard Starkey, baterista de los Beatles, que debe su apodo a su particular gusto por los anillos. Cierro paréntesis.



La historia que cuenta esta peli es poco más que eso: una “secta” que intentará por todos los medios, quitar el anillo sagrado de la mano de nuestro flequilludo amigo. Lo indescriptible de esta trama, son justamente las situaciones absurdas que se van dando a través de cada intento por recuperar ese anillo, en medio de la propia absurda naturalidad con que se mueven nuestros protagonistas. Ellos comparten una gran casa que equivale a cuatro clásicas casitas inglesas, por lo que cada uno de ellos tiene su espacio para hacer lo que prefiera: Paul tiene un piano-elevador, con el que comienza tocando en el subsuelo y va subiendo hasta la planta baja, o bien George tiene su propia alfombra de pasto natural junto a su cama, y hasta tiene un “empleado” cuya única función es cortar ese pastito usando una dentadura tiritante.



Mientras tanto, los intentos de la secta por obtener el famoso anillo por un lado, y los intentos de los propios Beatles para poder destrabar el anillo de la mano de su baterista por otro, serán diversos y constantes: desde la succión de una secadora de manos, pasando por breves secuestros de Ringo para cortarle el dedo con una sierra eléctrica; hasta una inyección de empequeñecimiento, que por error será aplicada a Paul, haciéndolo tan pequeño que hasta llegará a bañarse en gaseosa dentro de un cenicero. Todo esto, completado con los más variados paisajes de fondo: campos; montañas nevadas y ski, playa y recorridos en bicicletas; en la cuenta regresiva por cumplir con el sacrificio a tiempo… pasado este tiempo, el propio Ringo, por llevar el anillo, será convertido en el objeto del sacrificio, y hasta será amenazado por un tigre que sólo es apaciguado al son de la novena sinfonía de Beethoven, melodía que terminará entonando por toda Inglaterra.

Otra película que no necesita de beatlemaníacos para ser disfrutada. Para ver cualquier tarde de sábado sin superacción pero sí con comedia, humor absurdo, una pizca de humor negro, y obviamente, la más maravillosa música…

Minutitos Beatles de "Help":

lunes, 7 de marzo de 2011

Beatles 1.0

Dedicado a mi amigo Leo, por mi parcialidad.







Para ser completamente objetiva desde el punto de vista crítico, y separando mi idolátrico fanatismo por Los Beatles, mi adoración por su música y mi premisa de que cada día que pasa, su obra mejora en progresión geométrica, quiero decir que: hasta en el cine fueron, sencillamente, geniales. Y por eso, los invito a recorrer sus pelis.

Cuatro jovencitos ingleses corriendo por callecitas inglesas, huyendo de una jauría de jovencitas inglesas que aúllan intentando atraparlos. No señores, no es una película de terror. Simplemente: Los Beatles en su debut cinematográfico. Con ustedes, “A Hard Day’s Night” de 1964, dirigida por Richard Lester, con guión de Alun Owen.
Los protagonistas: George Harrison (guitarra/voz) 21 años, callado, tranquilo y bastante compinche del otro guitarrista; John Lennon (voz/guitarra) 24 años, rebelde con o sin causa, provocador y delirante; Ringo Starr (batería/voz) 24 años, el “feo” e ingenuo del grupo; y Paul McCartney (voz/bajo) 22 años, el “más bonito” y correcto de la banda.
La historia: Los Beatles en plena beatlemanía. John, George y Ringo llegan corriendo a una terminal de trenes, donde los está esperando Paul (Mc Cartney), disfrazado con barba y bigotes postizos, y en compañía de su abuelo (Wilfrid Brambell), a quien deberá cuidar durante los próximos días. Allí empieza la parodia de los agitados días de los músicos, con viajes, presentaciones en programas de tv, entrevistas y cócteles. Pero estos rebeldes muchachitos de los años ’60 no se conforman con eso, y se van a pasar toda la película escapando de su representante, para ir a bailar o bien para ir a pavear por ahí, hasta ser perseguidos por todo un cuartel de policía. Veremos por ejemplo, a Lennon jugando con un submarino de juguete en una bañera, a Harrison afeitando un rostro en un espejo, al simpático Ringo y su naríz rebelarse contra los “lindos e importantes” de la banda, y también veremos a Paul retando a su abuelo por tránsfuga: lo había agarrado vendiendo autógrafos truchos de los Fab Four.

Durante el transcurso de esta pequeña crónica musical se mezclan situaciones y diálogos cuidadosamente absurdos, que nos llevan a un tono de comedia bastante común para esos años (basta pensar en los comienzos de Woody Allen o Peter Sellers), pero que nos asombra ahora, principalmente por estar interpretado por los mismísimos Beatles con toda naturalidad.

Es difícil hablar de las películas de los Beatles, porque son sumamente raras para el común de los espectadores. No son estrictamente musicales, a pesar de que, obviamente, están empapadas por las deliciosas canciones, melodías y coros de las estrellas protagónicas, y sinceramente creo que las palabras de esta humilde fan no alcanzan para describir la gracia y diversión que esos cuatro genios de Liverpool también se animaron a transmitir a través del séptimo arte.
Apta para todo público que quiera pasar un rato acompañado de buena música, (no hace falta ser beatlemaníacos de raza).


Minutitos beatles:

domingo, 10 de octubre de 2010

De islas y de locos...

Esta fue una pequeña crítica personal para mi amigo Skywalker, unas horas después de salir del cine.



Vamos por partes, como dijo Atahualpa (ooossoo… creíste que iba a decir “Jack the ripper”? jajaja):
Empecemos por el título: si la traducción no es textual y “Shutter Island” no significa “Isla Siniestra”, ¿por qué tenemos que saber, de entrada, que algo siniestro va a pasar en ese lugar? ¿en dónde quedó el suspenso?
Actuaciones: mi queridísimo Leo (más grande viene, más lindo se lo ve) va aprendiendo, y en mi opinión personal, sólo es cuestión de tiempo para que nos sorprenda con algún Oscar o algo por el estilo. Pero de seguro no será por esta peli, ha tenido mejores interpretaciones. Por otro lado, a Mr. Ghandi (Ben Kingsley) le va a costar superarse, y ésta tampoco creo que haya sido su oportunidad. Los dos están bien, pero no me pareció encontrar nada brillante.
Con un trailer prometedor y un aparente argumento teórico-conspirativista de esos que tanto nos gustan, La Isla Siniestra no es lo que parece. O sea, es exactamente lo que parece, lo que cuentan, lo que explican, y es así nomás, sin trampas ni difusas líneas divisorias entre la realidad y la fantasía, sin vuelta de tuerca que nos sorprenda. Me parece que si hubiera rumbeado para otro lado habría sido un peliculón: mepa que habríamos preferido que en realidad Leo estuviera investigando experimentos psiquiátricos y se estuviera metiendo en la cueva del lobo… todavía no entiendo la piromanía (o me lo perdí), y el único experimento que sí se ve en la historia me parece sí una idea brillante, pero me habría gustado más tener que leerlo para la facu.
¿Y el final? Pareciera que el protagonista se da cuenta de toda su monstruosa verdad, pero no quiere convivir con ella, no?
Supongo que tendría que verla de vuelta para ver algunos detalles más, y quizás encontrarle algún saborcito oculto… pero ya te lo dije, no me dan muchas ganitas.

Imaginemos jugar con el diablo



El imaginario mundo del Dr. Parnassus (O cuando la teología llegó al cine)

Año: 2009
Director: Terry Gilliam
Protagonistas: Christopher Plummer, Heath Ledger, Lily Cole, TomWaits, Johnny Depp, Jude Law, Colin Farrell, Verne Troyer.
Género: fantástico

¿Te animarías a jugar apuestas con el diablo?
¿Cuál es el precio de tu inmortalidad?

Esta película se hizo más conocida por ser “la película que estaba filmando Heath Ledger cuando falleció”, por lo que en la trama quedó truncada su participación. Sus amigos, Jonhnny Depp, Jude Law y Colin Farrell se turnaron para reemplazar al Oscar Póstumo* en el rodado de esta peli, y es entonces como Terry Gilliam (el director), haciendo un enorme esfuerzo de reescritura y redirección, pudo finalizar su obra.
Pero más allá de esta anécdota, elegí hablar del Dr. Parnassus por otra razón: la temática de su argumento es algo más interesante que la mayoría de las películas que estamos acostumbrados a ver.
Dr. Parnassus (Christopher Plummer) con más de mil años de edad, recorre las calles nocturnas con un curioso número de circo: en un viejo carromato, su pareja de ayudantes y un gracioso enano llaman a los espectadores a cruzar un espejo mágico y descubrir qué hay en su propia imaginación. Ese espejo es bastante fuera de lo corriente, y funciona sólo cuando el Parnassus entra en un peculiar trance. Y no sabemos bien por qué (por ahora), el Dr. Parnassus considera que “perdió” algo si el participante invitado a su número elige hacer caso omiso a sus palabras y dejarse llevar por sus tentanciones.

Pero lo más fabuloso de todo llega después: el diablo más elegante que se ha visto en la pantalla grande (Tom Waits), y el más “justo” que nosotros, humanos, hayamos podido imaginar, llega una noche al carromato de nuestro protagonista para recordarle que en tres de días, la hermosa hija del Dr. cumplirá dieciséis años, y entonces le pertenecerá a él, Satán. Esto respetando, claro, un viejo pacto que Parnassus ha hecho con el mismísimo demonio por recuperar algo de su juventud perdida durante sus siglos vividos. Cabe destacar que esos siglos vividos, fueron ganados por Parnassus… en una antigua apuesta… contra el diablo también. ¿Y el papel de Heath Ledger? Ah, sí, parece que será la única esperanza de salvar a la hija del Doctor de los guantes del demonio.

En esta brillante película, la historia de un hombre que hace un pacto con el diablo, y esto le costará entregar nada más y nada menos que el alma de su propia hija, puede parecer un cliché poco novedoso, pero se convierte es una asombrosa aventura que nos trae un poco de profundidad temática e inteligencia para contar historias… para contar esas historias que hacen que el universo siga existiendo.
Sí, ya sé, me olvidé un poco de nuestro querido Ledger. Pero en su caso, me quedo con el Guasón. Y en esta peli, me quedo con las conversaciones y miradas cómplices de Plummer y Waits.

* Recordemos que Ledger ganó el Oscar por su interpretación de El Guasón en “Batman – el caballero de la noche” luego de su muerte.

domingo, 1 de agosto de 2010

A veces es mejor reír que llorar...



En el capítulo de hoy no les presento nada, porque ya lo conocen: el más archienemigo de nuestro superhéroe más humano: el Guasón.
Ninguno de los otros villanos de Batman ni de ningún otro superhéroe nos gusta tanto como El Guasón. Podríamos llamarlo “villano de culto”, superdotado y quizás por eso dotado (valga la redundancia) de un genio criminal inigualable, tiene la curiosa particularidad de consagrar a todos los actores que lo interpreten, muy probablemente gracias a sus rasgos psicóticos, su sadismo y su distintiva gestualidad de payaso (quizás por eso es el mejor, porque confirma la pavura que sentíamos de niños al enfrentarnos a los payasos que pretendían alegrarnos el día).


Se cree que la imagen bufonesca del personaje fue inspirada en el protagonista de la película “El Hombre que Ríe” (1928, dirigida por Paul Leni, protagonizada por Conrad Veidt y Mary Philbin). Esta película está basada en una novela de Víctor Hugo (“L’homme qui rit”, 1869), donde el hijo-niño de un noble es secuestrado por los “Comprachicos”, un grupo de gitanos que transformaban a los niños mediante cirugías, para conventirlos en atracciones de circo. El niño protagonista de la historia pasa a ser así "el hombre que ríe", llevando una caricaturesca sonrisa incrustadade manera permanente en sus facciones.
Pasemos a recordar aquellas precisamente inolvidables versiones de nuestro querido Guasón:

Guasón con bigotes (el Guasón de la serie): Interpretado por César Romero: su única condición para interpretar al reidor, fue no tener la obligación de afeitarse su característico bigote. Truco: el mismo maquillaje blanco de su rostro “pintaba” también su bigote para que no se notara. Resultado: excelente, apenas en algunas escenas se nota el relieve (si es que estamos avisados). Alguna vez puso a prueba a Bruce Wayne, obligándolo a asesinar lentamente a Robin, haciéndolo accionar una imprenta que aplastaría mortalmente al Joven Maravilla. No se preocupen, escaparon ambos con la ayuda del entrañable Alfred disfrazado como Batman… (Varios directores, 1966, serie televisiva, Batman es Adam West).

Guasón maquillado al verre (por Tim Burton): Jack Nicholson nos deleitó con su Guasón, ¡contando su origen y todo! En esta versión vemos como Jack Napier, de profesión ladrón, escapando de Batman dentro de una planta de químicos, cae en un tanque de ácido y… sobrevive, con los nervios de su rostro destrozados y mostrando una permanente y exagerada sonrisa; además de una curiosa pigmentación en la piel de su rostro y sus labios, naciendo así el clásico rostro del villano (si la escena de la caída en el tanque de ácido se asemeja a la escena de la caída de Vincent Price en el tanque de cera de la película "Los Crímenes del Museo de Cera" de 1953, no debe ser pura casualidad). Utiliza maquillaje color “piel” para cubrir su verdadera piel apayasada, cuando pretende hacerse pasar por una persona normal… esto lo descubrimos cuando la periodista Vicki Vale (Kim Bassinger) le arroja un vaso de agua a la cara y se le corre el maquillaje. Experto en químicos, desarrolla la manera de alterar los productos cosméticos que circulan por Ciudad Gótica, para hacer felices a quienes los consuman… y mueran con una sonrisa en su rostro. (“Batman”, dirigida por Tim Burton, 1989, Batman es Michael Keaton… aunque los hombres deben recordar mejor a Kim Bassinger, claro).

Guasón humanoide: Interpretado por Heath Ledger, éste sí se maquilla, y lo más parecido a una sonrisa que hay en su rostro es que tiene las comisuras de los labios a la altura de las muelas de juicio, más o menos. Muchos dicen que es el más loco de todos, pero yo me permito no coincidir: no creo que sea más sádico que el de Nicholson, sólo que es más humano. Aclaro: no humano en el sentido de "sensible" sino en el sentido de que podría tratarse de cualquier ser humano que anda dando vueltas por ahí, al igual que Batman, sólo que con algún trastorno de integración social. Aficionado a “La teoría de los juegos”*, pone a prueba a dos importantes embarcaciones con cientos de pasajeros y tripulantes a bordo, informándoles a cada una de ellas, que tiene en su poder un dispositivo para hacer estallar a la otra. Y que si ninguna de las dos hace estallar a la otra antes de medianoche, él hará estallar a las dos juntas. Ah, y ambién deja a Batman sin novia. (“Batman – The Dark Knight”, dirigida por Christopher Nolan, Batman es Christian Bale).
Y para ustedes, ¿cuál es el ganador?

* Teoría de los Juegos: es una teoría relacionada con la matemática y la lógica, que rápidamente puede explicarse como los razonamientos que haríamos “nosotros, cuando alguien, además de nosotros, estará pensando igual que nosotros, al mismo tiempo que nosotros, acerca de la misma situación que nosotros” (Adrián Paenza, “Matemática… ¿estás ahí? Episodio 2”, Siglo Veintiuno editores, página 161, año 2006).

Billetera incluye galán con capa y espada



Homenaje (merecido) a El Zorro



¿Cuántos de ustedes esperan a que termine el capítulo de El Zorro para levantarse y seguir con sus otras actividades? Niños, adolescentes y adultos (menores y mayores), TODOS, miramos a El Zorro (Walt Disney, 1957)… que es casi como Cafiero: pasan los años y sigue estando ahí, tan vigente como hace cincuenta años.
La historia comienza en la cubierta de un barco que zarpó de España, y se dirige hacia Los Ángeles, California. Allí nos encontramos con un duelo deportivo de esgrima entre el capitán de la embarcación, y el apuesto, rico hacendado y experto esgrimista Don Diego De La Vega (Guy Williams).
Don Diego ha estado estudiando en España, y regresa ahora a su tierra natal respondiendo al llamado de su padre, Don Alejandro (George J. Lewis): las cosas no están bien en Los Ángeles, políticamente hablando: abunda la corrupción y aflora el grave problema de la deslealtad al Rey (de España, claro).
Don Diego no viaja solo, sino que es acompañado por su criado de total confianza: Bernardo (Gene Sheldon), mudo pero no sordo, aunque entrenado como si así lo fuera, para no reaccionar ante ruidos sorpresivos como disparos por ejemplo.
En la intimidad de su camarote, Don Diego decide que será de mayor ayuda a su padre si no hace demostraciones de sus habilidades como esgrimista y en cambio se hace pasar por un literato e inofensivo intelectual amante de las artes. Es entonces cuando le pide a Bernardo que arroje todos los trofeos que lleva consigo, al mar.
Y así nace El Zorro: ese enigmático héroe de antifaz, botas, capa y espada; el mejor espadachín con aires de acróbata, que actúa en defensa de la justicia y de los inocentes… y bastante al servicio de “Su Majestad” española.
A la historia se van sumando los memorables personajes: el Sargento Demetrio López García (Henry Calvin) quien enternece con su inocencia y buena fe, gran amigo de Don Diego, que si bien debe perseguir a El Zorro, reconoce que éste siempre lo ayuda a llevar su trabajo a buen puerto; el cabo Reyes (Don Diamond) inseparable segundo del Sargento García; y el malvado Capitán Monasterio (Britt Lomond), entre tantos otros.
Otro entrañable personaje es Tornado, el famoso caballo de El Zorro, negro azabache, maravilloso ejemplar y codiciado por todos. Es, además, el más inteligente: en el capítulo en el que el Sargento García logra capturarlo, cuando éste cree estar dándole órdenes al cabo Reyes, “alcánceme ese balde con agua”, “masajéeme la espalda” es en realidad Tornado quien obedece y hace todo lo que dice el Sargento, tirándole un balde de agua encima y dándole masajes con la trompa.
Me permito también recordar a Fantasma, el caballo blanco de El Zorro: era el caballo del Teniente Rafael Santos, quien herido de gravedad se lo cede a Don Diego, durante un viaje que éste realiza a Monterrey. Fantasma se convierte así en el veloz caballo de El Zorro en Monterrey, ya que Tornado, por las obvias razones del anonimato de nuestro héroe, no había podido viajar con el Sr. De La Vega.
Por los 82 episodios llenos de suspenso, aventura y humor, por ser el más elegante, por ser el más fino, por la sonrisa de Guy Williams y su bigotito, por el cantante lírico-barítono Henry Calvin (que hace la demostración de esta habilidad en el capítulo en que el Sargento García se encurda y canta con sus soldados), por la canción “Zorro! Zorro! Su espada no fallará! Zorro! Zorro! La zeta le marcara!”, por todo lo que Walt Disney hizo por nuestras niñeces (y por nuestras adulteces) éste es mi homenaje a El Zorro: recordarlo con muchísimo cariño y admiración.
¿Alguna vez se pusieron a pensar que si todo esto hubiera tenido lugar en Mendoza o en alguna otra de nuestras provincias, el padre-nuestro Don José de San Martín o el letrado Manuel Belgrano habrían combatido a nuestro héroe, por realista?